Salto al vacío. Salto a la vida y en la vida. Sin red ni paracaídas, sin saber el oficio, aunque con vocación, eso sí... por lo menos con vocación.
Salto al vacío. Salto a la vida y desde la vida. Sin evadir un instante la sobrevenida de ese universo que constantemente cae sobre mi cabeza, sobre mi corazón... sobre mis manos y todo mi cuerpo.
Salto al vacío, y la incertidumbre, y la torpeza, de quien flota a merced de un viento que no controla, que le maneja los pulsos como si fuera una pluma, o un demonio de una flor en primavera.
Salto al vacío, a lo demás, a los demás... a lo otro... a lo desconocido. O a lo que quisieras desconocer. O a lo que quisieras conocer más y no conoces.
La transfiguración al revés. Qué bien se está aquí... después de haber echado el rato.
Recuerdos a fabricar que la intensidad aún no dulcifica. Un mar de nervios. Seguro que se olvida algo. ¿Qué digo que "se" olvida?... ¡Que ME olvido, que no es lo mismo!.
Clases, Danzas, pasiones con minúscula y Pasiones, con mayúscula.
La vida entera esperando salir al escenario.
Y luego... luego está el escenario de la vida. La vida a ganar cada día. La vorágine del momento. Sin parar. Sin pensar acaso. A la deriva de algo cuya primera identidad desconozco.
Salve, Fuente de la Vida. Sea lo que vos queráis.
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