sábado, 18 de febrero de 2012

Alamedeando

Qué le vamos a hacer... si es que tiene que haber de todo en la viña del Señor, y a veces algunos nacemos raros, raros, raros, como decía el padre de Julito.

Sí, si ya sé que me iría mucho mejor si fuera al socaire de todo esto que nos han montao -o que hemos montao entre todos- sin plantearme siquiera el buscar algo más. Que lo tengo todo a mi alcance (o lo tenía antes de esta puta crisis). Que ni me compensa comprarle al morito de turno los cedés piratas... Que en esa tienda extranjera de la Avenida de la Constitución que tiene ese nombre tan desagradable, que lo dices y parece que le estás escupiendo a alguien, tienen casi de todo a precio casi de saldo. Que si no, al Cortinglé, que abre este mes hasta los Domingos y las fiestas de guardar.

Pero qué le vamos a hacer... si yo nací para ser "la otra", por vocación.

Si soy de las que entro a la Basílica y en vez de abrumarme con la Esperanza, me embarga el alma la dulzura de mi Niña del Rosario, con su Niño sobaíto en los brazos, en el sueño del que desconoce, reciennacido eterno, su calvario.

Si siempre me tiró más la Fuente de Las Palomas que la Plaza de España, los patos pequeñitos del estanque más que los pavos reales de la isleta, con sus colas abiertas... Un atardecer en San Lorenzo más que un balcón palaciego en el barrio de Santa Cruz, el Triaca de San Bernardo más que el Sevilla y el Betis, la Casa Minuto, más que todos los pisos de lujo que descansan sobre su memoria quebrantada... la Calle Feria más que la Plaza del Duque. La Alameda de Hércules, más que El Porvenir y "Reina".

Si soy más de Glorias que de Penitencias... y siento la sangre empezar a bullir no con el primer azahar que nace para despertar a Marzo, como el noventa y nueve coma nueve por ciento de los cofrades sevillanos, sino con las jacarandas primeras que empiezan a brotar a finales de Abril. Si me puede más la normalidad sencilla de mi Pastora de San Antonio en su altar un Domingo cualquiera, que el apoteosis de la Procesión de Mayo.

Si es que yo nací para ser, de profesión, "la otra". Que sí... que yo soy la otra... la otra... independientemente de que, por otro lado, desde hace tiempo, a nada me dan derecho. Que sólo me gusta "lo otro", la segunda opción, la cara B...

Si es que a mí me tira más mi bici de Gómez del Moral que una Harley, el C3 más que el Metro... Y Alameda más que Triana.

Que sí, hombre... que ya lo sé. Que en Huelva, según me dijo un choquero la vez anterior que fui, "sólo hay mucho vicio por la noche y mucho humo del polo químico de día" (Alaaa... eso es promover el turismo de tu tierra, macho, y lo demás es cuento. Así comprendo que nos llaméis ombliguistas a los sevillanos), y que la pernocta, el viajero, la entrada, el taxi, y las dos o tres comidas que haga fuera de casa, me van a costar estar sin catar una Coca-Cola hasta que se me olvide a qué sabe...

Que la cosa está mu mala para irse de bureo por ahí los Viernes, encima a otra ciudad. Que ahora vienen los Reyes y el asunto es peliagudo, y que Danzaterapia actúa mañana, al filo del medio día, en el Joyerito de Santiponce... muy lejos de las Cocheras del Puerto... en una de esas "citas sin importancia" a la que sólo van a asistir gente de la casa: todos los jefazos de la Asociación que han de decidir luego si se sigue o no con el Programa, si va bien, si va mal, si las zapatillas se reponen o no se reponen... si merece la pena comprar la falda del Zorongo, o hay que seguirle cosiendo agujeros.

Que esta semana han estado en el centro los inspectores, auditores, evaluadores, o como se llamen, del Plan de Calidad (no "la sanluqueña", la otra, la de la Junta de Andalucía), y que me queda poco para rebentar de cansancio, de insomnio acumulado, de tensión...

Que el Sábado por la tarde hay Sabatina en San Antonio, y el más bello de los Sueños Sevillanos me espera, como cada primer Sábado del mes, sentada en su altar, al borde de San Lorenzo, muy cerquita ya del río, vestida de Pastora.


Pero es que, miren ustedes... es que toca Alameda. Alameda con Roca, con el niño del Roca, con una orquesta detrás y con er Juanrra er de Mogué' de letrista de medio repertorio, y  Piazzola de apuntaó, metido dentro de una concha de caramelo. Nada más... Ahí es ná... Casi ná lo del ojo... y lo llevaba en la mano.

Y es que una no es de piedra, narices.

Y es que Huelva está a tiro de piedra, y hay un viajero de Damas que sale de Plaza de Armas a las cinco de la tarde. Y además, para más inri, el Nazareno me ha avisado de que pasado mañana, la mañana después del concierto, va a estar allí, en donde la otra vez, allí en la Iglesia de la Concepción, toda la mañana... que si me quiero pasar que me pase, que seguro que tiene un ratillo para que le cuente mis cosillas del alma, y para que le entregue cuatro recaditos que me ha encargado que le lleve mi compañera la de Navidad, que hasta Navidad... chungo para irse a su barrio (Eso... eso... Eso está muy bien, corasonmío... tener a tu Directora Artística -joder... vaya tela el nombrecito- de cosaria. Ya te vale, miarmatoa, ya te va valiendo... Prepárate el cuerpo para el Lunes, choquera, que nos toca Contemporáneo y verás tú la que te voy a dá' con  A la Vera del Jueves, con Lamentos y con las del disco del Juanrra).

Y es que hoy no me ha dado tiempo de meter ni un triste calcetín en la maleta, mañana termino a más de las dos seguro de la actuación, la post de la actuación, la comida y la post de la comida... en Santiponce... sin utilitario -todavía- y en Viernes. Y Damas que se las trae los Viernes. Y ese Paseo Colón con cola de Viernes para llegar a casa, atestado hasta el Costurero de la Reina.

Y es que sé que como no me ponga un petardo en salva sea la parte, es que no llego... Y que al fin de la noche, cuando ya no se escuche ni la guitarra de Girón, ni el cuartito de hora de "Quejío" de Pepe Roca, ni el chelo del niño... que suena que te peina el alma y te la desenreda... Cuando ya no suenen los poemas de Juan Ramón, y Piazzola deje de tocar su bandoneón en el fondo de mi alma, voy a caer en la cama de cualquier pensión fulminada de cansancio.

Pero ésta que aquí os escribe, mañana, a las nueve menos cinco, a lo más tardar, está entrando en las Cocheras del Puerto (que no tengo la menor idea de dónde están ni el Puerto ni las Cocheras, pero ya las encontraré, que preguntando se llega a Roma) como Laura que me llamo... Alamedeando, aunque esté muy lejos, demasiado... mucho más de lo que me gustaría, en cuerpo y en alma, de mis Hércules y mis leones.

Y es que, verán ustedes... es que toca Alameda. Sí, Alameda... los de Amanecer en el Puerto, Aires de La Alameda, Santa Clara, Urbana' y Violeta y Rosa... Alameda los que según los madrileños de la movida eran de Madrid ('más quisieran los madrileños de la movida...), y llevan de letrista a Juan Ramón... y de apuntador a Astor Piazzola.

...Como pa quearse en casa...


Sevilla, a dos de Diciembre de 2011, Jueves.


PD. Esta entrada la tenía en borrador desde pocos días después del día tres de Diciembre del año pasado, que Alameda dio un concierto en Huelva. Posiblemente lo empecé a redactar antes que la entrada que le dediqué al Nazareno. Bueno... no posiblemente... Seguro. Después... la falta de tiempo... la Navidad que estaba al caer... los últimos coletazos de la celebración del Día de las Personas con Discapacidad... Lo de siempre. Un par de esas cosillas mías del alma me han retrotraído a aquel borrador... y hoy que tenía tiempo y necesitaba descansar un poco de las cuestiones de curro que me mantienen toda la semana liada como la sandalia de un armao, le he lavado la cara. Aún me quedan borradores de todas clases y colores... pero, aunque el reloj de San Lorenzo ya funciona, yo sigo sin tener tiempo ni pa' mirarme, jejeje.